Aportación de Ma. Guadalupe Vazquez (Atotonilco el Alto, Jal.)
Tuve la suerte de escuchar la plática de Matilde,
hermana menor de mi general Emiliano Zapata. Y nos decía que lo que se comentaba
de “Miliano” -como ella cariñosamente lo llamaba- no era verdad, que había
tenido muchas mujeres, pero siempre regresaba con la primera, con “Inesita” a la
que toda la familia reconocía.
Una anécdota que nos contó fue la siguiente.
Después de haber tomado la ciudad de Chilpancingo en 1914, regresó por la noche
y llegó con Inés a que le diera de cenar. En ese momento llegó Josefa, la mujer
en turno de Emiliano, que se había enterado de su regreso. Llegó a casa de Inés
y empezó a reclamarle porqué estaba en esa casa y no en la suya.
A lo que Emiliano con su carácter recio pero a la
vez tranquilo le dijo: “Mira Josefa, Inés, mas que mi mujer es algo así como mi
madre, hermana, amiga y confidente. Si no lo quieres entender, pos te me vas y
no te vuelvo a ver”. A lo que Josefa llorando, respondió: “Miliano, tú no me
quieres, y si no te vas conmigo ya, no te vuelvo a ver”. Zapata respondió:
“Tienes razón mujer”. Después de eso Josefa se fue a su casa y lo esperó
pacientemente, pero nunca más volvió.
Matilde nos contaba: “A MIliano no le gustaban
los reclamos, ni los malos modos”. Es interesantes saber que Emiliano Zapata
tuvo alrededor de 10 mujeres conocidas durante la revolución, pero decía Matilde
que en realidad no se sabe ni cuántas fueron, que ella le contó alrededor de 35,
pero que igual fueron más. Lo que me parece normal y lógico es que era un ser
humano como cualquiera, que siempre volvía con su primera mujer, porque era a la
única que reconocía así.
De que hay machos , siempre los habrá!